También oyó hablar de barcos que de forma clandestina y por unos pocos dineros te llevaban hasta esa lejana y añorada tierra. No se lo pensó dos veces, indagó por aquí y por allá y al final logró ponerse de acuerdo con quienes clandestinamente, entregando todos sus ahorros, y algo más que pidió prestado, le llevarían al soñado paraíso.